
Hoy vuelvo ha hablaros de un clásico del diseño del siglo XX. En este caso hoy hablamos de la Silla huevo de Arne Jacobsen.

Arte y escultura nos muestra la envolvente de esta silla que invita a sentarte en ella y formar parte de su ser.

El proceso de creación y fabricación de esta silla me resulto muy interesante. El asiento, el respaldo y los reposabrazos se resolvían con una única carcasa cóncava. Para optimizar las posibilidades del modelo, la fijación al suelo se resolvió con un mecanismo metálico que permitía un leve balanceo de la silla, y se le añadió un cojín que hacía más cómodo el asiento.
La producción de la huevo nunca fue masiva. La fijación del recubrimiento a la estructura debía ser hecha manualmente y el proceso exigía una precisión que no estaba al alcance de cualquier empresa.

Cada ejemplar de la silla requiere un trabajo artesanal que supone que, aún hoy, la producción no supere los diez ejemplares por semana. Lo que implica un alto coste.
Yo me conformare con una en miniatura.

Un beso
Virginia